miércoles, 8 de enero de 2014

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Era el día de la víspera de Reyes Magos y yo estaba esperando a que la cabalgata pasase por la calle Toribio Etxebarria de Eibar. Estaba a tope de gente. Poco antes había visto a Melchor, Gaspar y Baltasar. Estando de espera por allí apareció él. No era Baltasar, él no había tenido la suerte de trabajar en algo más agradecido el 5 de enero. Pero sí era su colega. Al día siguiente nadie distinguiría a un Baltasar del otro. Cada uno cargaría su mercancía y a buscar una venta, aunque el día anterior uno de ellos fuese el más reclamado por los niños.