Ahora que tenemos el carnaval a la vuelta de la esquina, repesco una foto que ya tiene unos años. Estas fiestas son, posiblemente, las mejores a la hora de sacar fotografías. Cualquiera se convierte en objeto fotográfico y las máscaras y pinturas ayudan a que desaparezca la vergüenza. Y en medio de ese ambiente, hasta el diablo se pone a sacar fotos.
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